Es el caso de la Diputación de Cáceres que aprobó un reglamento de directivos propio.
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directivos locales

Es el caso de la Diputación de Cáceres que aprobó un reglamento de directivos propio.
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Aquí la pregunta clave a formular es: ¿cómo un líder político o profesional puede adquirir la sabiduría?
«pésimo diagnóstico sobre los niveles directivos de las administraciones públicas»
Los directivos públicos están en el epicentro de las políticas: participan en su formulación y, especialmente en su ejecución. Estar en esa posición exige trabajar con la función política de la organización. Sin embargo, con demasiada frecuencia, el ensimismamiento burocrático tiende a minusvalorar la importancia de saber gestionar este entorno político.
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Se ha escrito mucho sobre dirección y gerencia pública. Se han vertido infinidad de teorías, modelos y consejos. Lo cierto es que el eterno reto del estatuto del directivo público sigue sin …
Origen: Hablando claro de los directivos públicos y altos cargos de la administración
Blog espublico
La mayoría de los empleados públicos tienen una vinculación profesional con la Administración pública de carácter vitalicio. Esta circunstancia tiene su justificación por el acceso meritocrático (en los casos que esto realmente se produzca) y, especialmente, por ejercer funciones de autoridad (son pocos los empleados públicos que poseen este perfil) o para evitar la discrecionalidad y arbitrariedad política. La cuestión es que la mayoría de los empleados públicos acceden, bastante jóvenes, con entusiasmo profesional y vocación de servicio público. Pero esta motivación vinculada a la vocación de defensa del bien común debe mantenerse durante muchísimos años (entre 35 y 45 años) hasta el momento de la jubilación. Y esto es complicado.
Post completo http://www.administracionpublica.com/la-compleja-motivacion-de-la-alta-funcion-publica/
Uno de los conflictos que más duramente atacan la autoestima de un directivo o mando intermedio es la no aceptación de su autoridad por parte de sus colaboradores, ya sea para un asunto concreto o, mucho peor, en el ejercicio de sus funciones habituales. Y la respuesta a la pregunta de arriba sobre si es sano, es contundente: NO.
El no reconocimiento de la autoridad es siempre la conjunción de dos variables: la conducta del jefe y la del colaborador. Veamos algunos de los motivos más frecuentes de esta falta de reconocimiento del liderazgo:
Resto del post:
Hace veinte años el profesor Morell Ocaña escribió una sólida monografía que, con una orientación jurídica, ponía de relieve el crecimiento inusitado del sistema de confianza política en las Administraciones públicas. Si viera cómo ha evolucionado el problema se alarmaría. La «metafísica de la confianza», como acertadamente la calificó Francisco Longo, todo lo anega en la alta administración y en cualquier nivel de gobierno o de su sector público. Quien piense que va a «regenerar» algo manteniendo la actual presencia de este modelo o es un ingenuo o, más bien, un mentiroso compulsivo. La multiplicación de este fenómeno se produce en todas las estructuras de gobierno, sin apenas excepción. Los estudios sociológicos son casi inexistentes, solo hay intuiciones (o algunas evidencias), aunque en algunos casos, como es la administración local, algunos datos objetivos se han publicado en los últimos años (ver, por ejemplo, el libro de Antonio Serrano sobre la confianza política en la administración local).
Post completo:
Haz clic para acceder a El_sistema_de_confianza_politica_en_la_alta_funcion_publica.pdf
“Quien se entregue a la administración de los cargos públicos, procure no considerar solo la honra que ello supone (…) Para todas las cosas antes de que puedan emprenderse hay que prepararse con toda diligencia”
(Cicerón, “Sobre los deberes”, Alianza, pág. 94)
A veces uno se sonroja cuando advierte lo que se está haciendo por otras latitudes y lo compara con la parálisis de cambios institucionales que ha echado raíces entre nosotros. Si algún político hojeara determinados libros de autores del pensamiento clásico en materia de filosofía política, pronto advertiría que los asuntos públicos no pueden dejarse conducir por mediocres o amateurs. No cansaré al lector con citas sinfín que se pueden extraer de innumerables obras, solo aportaré dos opiniones que son sin duda relevantes.
La primera es la que se recoge en ese monumento de la ciencia política y de la organización constitucional que es El Federalista. En esos “papeles”, particularmente en los documentos LVIII y siguientes, se recogen los principios básicos en los que se debe asentar un Poder Ejecutivo enérgico. Sin entrar en mayores detalles, las exigencias básicas para una recta y eficiente “ejecución” de los asuntos públicos se asientan en la experiencia (“la madre de la sabiduría”) y la buena conducta.
Texto completo:
http://www.estudiconsultoria.com/images/stories/LA_INCAPACIDAD_DE_PROFESIONALIZAR_LA_DP-POST.pdf
Del blog http://gestores-publicos.blogspot.com.es/
Según declaró la representante de la Asociación Española para la Calidad (AEC), Diana Tallo, en el transcurso de la I Jornada sobre la situación de la Dirección Pública Profesional en España, celebrada el pasado miércoles en el Colegio de Politólogos y Sociólogos de Madrid, en los próximos meses esa entidad privada e independiente estará en disposición de certificar Directivos Públicos Profesionales.