Con sus implicaciones en el personal de las administraciones públicas, claro.
Ya pasamos de la máquina de escribir al ordenador.
Como decía Keynes, «cuando las circunstancias cambian, yo cambio de opinión. ¿Usted que hace?»
Con sus implicaciones en el personal de las administraciones públicas, claro.
Ya pasamos de la máquina de escribir al ordenador.
Como decía Keynes, «cuando las circunstancias cambian, yo cambio de opinión. ¿Usted que hace?»