No hay mejor forma de homenajear a un humorista recién fallecido que riendo con sus chistes, que es lo que él a buen seguro hubiera querido. Antonio Fraguas de Pablo, más conocido como Forges, ha sido un genial humorista gráfico español, varias veces galardonado por su incisivo ingenio y su estilo único, mezcla entre el absurdo y la crítica social. Nadie leyó la realidad como él, sacando una sonrisa hasta de las situaciones más nefastas. Siempre muy crítico, pero atinado, una de sus «víctimas» recurrentes era el colectivo de funcionarios. Recuerdo haber visto malas caras ante las sutiles acusaciones de vago o burócrata, pero mi actitud (y la de muchos más) era y es otra ante este tipo de chanza: el humor, si es bueno y sano, hace gracia (y hay que disfrutarlo); y en todo caso cuando el río suena agua lleva, y es que lo mejor que puede…
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