Artículo de Victor Lapuente
«Las carreras profesionales y políticas no están lo suficientemente separadas. De hecho, en algunos casos están todavía decimonónicamente integradas. Ciertamente, existe una meritocracia formal en nuestras administraciones que, en muchos casos, se traduce en una meritocracia de facto. Sin embargo, en demasiados casos – y no sólo, aunque posiblemente con más frecuencia, en las Diputaciones provinciales – junto la estructura meritocrática formal coexiste con una politización informal en el que las lealtades personales al superior político cuentan más que los méritos profesionales.»
Merece la pena leerlo.
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